Foto: Serigrafia "La arquera" Magnifico Grabado de Gonzalo Mariategui
http://sietejeringas.blogspot.com/2009/11/diez-grabados-artisticos-de-gonzalo.html
Una arquera es una mujer que mira al centro. Sobre esta reflexión he descubierto la canción de Saraha.
Está relacionado con las experiencias de Osho y sus reflexiones sobre el disfrute y la alegria porque además de la quietud que nos da la meditación, mi naturaleza siempre me dice, gira, salta, danza, danza….y no sé porqué.
"El que hace reir a los demás merece el Paraiso" (Lo dijo Mahoma !!!!)
Es por este motivo que estoy ahora recopilando información sobre un maestro llamado Saraha, que nació dos siglos después de Buda y sus ramas forman parte del mismo árbol donde beben las enseñanzas de Jesús, Krishna, Mahoma y muchos otros.
Os pongo un poco su historia:
Saraha nació en una familia de bramanes en Bengala cuando el budismo fue firmemente apoyado por el Tribunal de la región. Saraha se convirtió en un monje budista y un destacado erudito. Sin embargo, fue “expulsado” de su orden ya que dejó todas sus enseñanzas para vaciarse y llenarse respectivamente, esta vez cantando, danzando y disfrutando de otros placeres.
Llevó la vida de casi un vagabundo, un solitario caminante espiritual. Se convirtió en el discípulo de un maestro budista de Tantra y prácticas de Kundalini.
Finalmente Saraha conoció a una arquera. Ella era de la casta baja , una intocable. Vio su energía atentamente trabajando el arco y cada flecha, su mirada constante y no errante ni a la izquierda ni a la derecha. Ella estaba en el centro. Saraha vio estas acciones simbólicas de la conciencia no dual. Esta mujer compartía aspiraciones espirituales similares, y los dos se casaron. La pareja viajó a lugares sagrados y cementerios (considerados buenos lugares para la meditación y hacer frente a la realidad de la muerte en la tradición tántrica).
Fue muy criticado y corrieron muy feos rumores sobre él. Pero él continuo cantando y danzando. Ya no era serio. El juego entró en su ser y se volvió tan contagioso que la gente venía a verlo sólo para sentir su éxtasis.
El nombre Saraha, de hecho, se refiere a la realización de flechas ( puede ser traducido como "uno que tiene como objetivo a través del corazón de la dualidad").
Sin embargo, como un monje "caído", Saraha fue denunciado ante la corte real. En su defensa, Saraha recitaba una serie de canciones de realización espontánea. Estas canciones se hicieron famosas a lo largo de Bengala, y fue ampliamente aclamado a ser un sabio legítimo. Saraha comenzó el linaje de budistas que llevó a Naropa, Marpa y Milarepa.
Esta son unos versos de la canción:
Apuntando al uno
CANCIÓN REAL DE SARAHA
Me inclino ante el noble Manjusri,
Me inclino ante el que ha
Conquistado lo finito.
Igual que el agua mansa azotada por el viento
Se convierte en olas y remolinos,
Así piensa de Saraha el rey
De muchas maneras, aunque sólo sea un hombre.
Para un tonto bizco,
Una lámpara es como dos,
Cuando lo visto y el que ve no son dos,
¡Ah! la mente trabaja
sobre el objeto de ambos.
Aunque las lámparas de la casa
Se hayan encendido,
El ciego vive en la oscuridad.
Aunque la espontaneidad
Esta cerca y lo abarca todo,
Para los ilusos permanece
Siempre lejana.
Aunque pueda haber muchos ríos,
En el mar son uno.
Aunque pueda haber muchas mentiras,
Una verdad las conquistará todas.
Cuando un sol aparece,
La oscuridad, por profunda que sea,
Desaparece.
“… entre el diablo y Dios no hay una distancia insalvable: el diablo lleva a Dios en lo más profundo de su corazón.
Una vez que el corazón empieza a funcionar el diablo se convierte en Dios.
Esta es la razón por la que la misma raíz de la palabra diablo significa lo mismo que divino. La palabra diablo viene de divino; es lo divino que todavía no ha evolucionado, eso es todo.
No es que el diablo esté en contra de lo divino; no es que el diablo esté tratando de destruir lo divino: de hecho el diablo está tratando de encontrar lo divino.
El diablo está en el camino hacia lo divino; no es el enemigo, es la semilla.
Lo divino es el árbol en pleno florecimiento y el diablo es la semilla.
La semilla no está en contra del árbol.
De hecho el árbol no puede existir sin la semilla.
El árbol no está en contra de la semilla: son participes de una tremenda amistad: están JUNTOS.
El veneno y el néctar son dos fases de la misma energía, lo mismo pasa con la VIDA Y LA MUERTE, y con todas las cosas: DIA Y NOCHE, AMOR Y ODIO, SEXO Y SUPERCONSCIENCIA…”
(extraido del libro : Osho, la experiencia tántrica)
Es como decir, no condenes el lodo porque debajo de él está escondida la flor de loto.
En fin, espero que me permitáis compartir ésto con vosotr@s por si a veces os habeis sentido como un pequeño diablo divino. Yo sí....