Música de Armand Amar - Bab Aziz - Zikr: caballos, violines y voz de mujer.
Durante estos días en que mis recursos humanos están a cero, he descubierto esta pequeña (?) obra de arte de cine francés del año 99. He de reconocer que no es de mis preferidos, pero estoy cambiando de opinión gracias a sugerencias que me demuestran que también es oro aquello que no reluce.
La película en cuestión se llama "Recursos Humanos" del director L.Cantet, es bastante antigua pero con una temática que bien podría ser actual. En la época donde está ambientada las patronales y los sindicatos se tomaban muy a pecho su labor, hoy en día hasta podemos llegar a confundirlos, enmascarados por planes de estrategía y viabilidad, direcciones por objetivos donde están involucrados los propios trabajadores machacando a los propios compañeros, prejubilaciones pactadas y hasta forzadas por el interesado, mediocridad en las cúpulas, en fin.... no sé sabe quién es quién. Eso ahora.
Es la historia de un preuniversitario que vuelve a su pueblo para hacer las prácticas en una de las empresas de un gran grupo donde trabaja de operario su padre. El becario asistirá a las disputas entre la dirección y los trabajadores por la reducción de horario.
Bien, la película no es nada sensiblera pero con unas escenas de gran impacto, sútiles, es casi como una crónica anunciada. El protagonista, un actor bastante aceptable en su interpretación, es Jalil Lespert, un joven becario con ganas de demostrar su valia y que corre demasiado en descubrir las mentiras de la empresa que pretende utilizarlo para instaurar las 35 horas y "algo más". Sus métodos innovadores se vuelven contra él y tiene que posicionarse, de golpe. Todo ello nos muestra una historia personal de cambio, de la inocencia y ganas del niño en prácticas al compromiso profesional a la mitad de la película sinó fuera porque está involucrado su padre, que lleva en la empresa 30 años (25 los mios), trabajador impecable y que será blanco de los despidos escondidos en la puesta en marcha de las "35 horas semanales". Este actor, para mi el que mejor hace su papel... es Jean Claude Vallod, su posición desde el silencio, 30 años en silencio dándole forma a sus 700 piezas a la hora y que pretende ser substituido por una nueva máquina. Ese personaje da vida y enseñanza a los trabajadores que se van incorporando a su alrededor, dándoles amor y respeto desde el silencio. Que un compañero diga que le quiere dice mucho a favor de la persona.
Me acabo de dar cuenta que es el párrafo más largo que he escrito en todo el blog. ( Dios.... eso aquí no se hace, puede desalentar a seguir leyendo!!!).
Estoy revolucionaria, desde el silencio, desde mi silencio. No quiero seguir siendo una pieza más del engranaje de esta sociedad. Y por el silencio se entiende la aceptación?: nada más lejos.
Y en relación a todo ésto, me viene a la mente una frase de Mahatma Ghandi.
sus cadenas se caen al suelo.
Se libera y demuestra cómo hacerlo a los demás.
La libertad y la esclavitud son estados mentales.
Foto Artur Cansino
Al contrario, yo amo el cine francés! Lo que narrás es apasionante! Recordás el nombre en francés del film? Me gustaría verla y comenzar a buscarla. No sé si sabés que en Argentina los títulos son diferentes a los que ponen en España a las películas extranjeras.
ResponderEliminarNo te preocupes por la extensión del post. Si querés yo te paso algunos blogs que necesitás no menos de media hora para leer un post, jajajajajaja!!
BESOTES!!!
Te agradezco mucho el dato. Me pondré a buscarla, espero encontrarla!
ResponderEliminarBESOTES!!
Desconocía esta película, pero tal y como la describes la buscare.
ResponderEliminarPersonalmente, me encanta el cine francés.
En estos momentos te recomendaría que vieses o volvieses a ver "Bienvenidos al Norte", que también habla del trabajo, pero desde otra perspectiva.
Besos Shin
Sí, sí, Chin, tengo que volver a verla en su momento me gustó mucho y me reí bastante con ella, que es lo que necesito en este momento.
ResponderEliminarFeliz semana!!!
Recuerdo haber visto hace tiempo esa película, es un retrato magnífico, ese contraste de pasado y futuro, de sensatez y prisa, ese choque aparente de valores..., por cierto, esa película recuerda en algunos aspectos a otra magnífica, esta americana (no tendrás problemas por su nacionalidad, espero), que es Wall Street, donde Charlie Sheen es el joven aprendiz de "tiburón" que choca con la ética y la posición de su padre Martin Sheen (también en la vida real) un "viejo" sindicalista en una línea aérea con problemas.
ResponderEliminarBuena entrada y buen recuerdo, a mí, sí me gusta, y mucho, el cine francés y esta película que me has rescatado del olvido, es un buen ejemplo.
Besos.
(Por cierto, creo que este es uno de los comentarios más largos que he escrito)
Caminante, gracias por tan extenso comentario. Me cuesta mucho a mi también explayarme con mis gustos personales. Justamente en el suplemento DelPais de la semana pasada salia una entrevista a Michael Douglas y me la apunté para verla porque ni la recuerdo. Además creo que va a rodar la segunda parte de la misma que promete muchísimo, ya que modifica su vida y los valores pero el ciclo sigue....y otros vuelven a caer en el sinsentido porque siguen sin comprender.
ResponderEliminarHola¡
ResponderEliminarPermiteme presentarme soy Marco administrador de un directorio de blogs y webs, visité tu página y está genial, me encantaría contar con tu blog en mi sitio web y así mis visitas puedan visitarlo tambien.
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Saludos
Marco
Vengo a darte las gracias por pasarte por mi blog. Por comentarme, también.
ResponderEliminarAgradecerte, por aquello de ir sumando, esta entrada. Aunque el cine francés está lleno de claroscuros para mi gusto... no dejaré de buscar, desde ya, esta película.
No tienes habilitada la función para poder seguir tu blog. Así que tiraré de historial para leerte con carácter retroactivo.
Un saludo